miércoles, 9 de septiembre de 2009

Ahora el botellón

A estas alturas bien es sabido lo que pasó en Pozuelo de Alarcón la madrugada del Sábado al Domingo en sus fiestas patronales, típico botellón de fiestas y un montón de críos entre 16 y 19 años que acabaron asediando una comisaría de policía.


En todos los medios ven como el germen principal de esta actitud el Botellón, sin embargo, el problema es más profundo que todo eso, radica en grado sumo en la educación que reciben esos chavales por parte de sus familias y en las escuelas. Estamos hablando de normas básicas de civismo, algo que todo ser humano debería aprender desde sus primeros años. El perfil de los que se sumieron en la batalla campal refleja a jóvenes, casi todos menores de edad, con un nivel cultural bajo, típicos que acabaran en el gimnasio y los fines de semana irán a las discotecas más “Makineras” de la ciudad, tomándose cocaína y pastillas con la S d Superman, en definitiva los denominados “kinkis”. Es evidente que no todos los que allí participaron se asemejarán a ese perfil, pero sí una gran mayoría.


Dicen los medios, los contertulios de programas de quita y pon, que en sus tiempos esto de los jóvenes, menores con el alcohol no sucedía, es guando esgrimí una sonrisa y vi la hipocresía tras la pantalla. Nuestros abuelos muchos de ellos, se iniciarían en el vino casi desde niño y en su adolescencia consumían, siempre hubo verbenas y no precisamente bajo la estela de los refrescos, el problema radica en esa base de principios que mencioné anteriormente.


Evidentemente el botellón es un problema también de civismo, sobre todo en lugares públicos, ya vimos lo que sucedió en el conocido barrio de Malasaña en Madrid. Sin embargo, hace runa caza y captura a todo aquél que ingiera alcohol en la calle me parece algo absurdo a ojos del ciudadano, no de la administración que se llena los bolsillos con las multas, resulta muy patético que ni se pueda consumir una cerveza en un banco mientras comes un bocadillo, también me lo parece que no se pueda comprar alcohol hasta más allá de las 22.00 horas. Leyes de falsa moral en definitiva.


Habría que comenzar a multar a los bares por poner garrafón que atentan contra la salud pública( inspecciones de sanidad por favor) verdaderos beneficiarios de la ley contra el botellón, que si bajasen los precios este hecho se vería mermado.


Un padre ve más fácil echarle la culpa al botellón que a la mala educación impartida hacia su hijo y mientras esto siga así seguirán ocurriendo este tipo de acontecimientos, pronto volverá a salir que un chaval de 17 años mató a su madre de un botellazo, pero en esta ocasión será por culpa de los videojuegos.


La causa no son unas fiestas o verbenas a golpe de vino, es una educación en condiciones, con ello se evitarían muchas cosas.

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