sábado, 31 de diciembre de 2011

Se acerca un nuevo año


El tiempo medido en compases de suspiros cortados, llámense meses sobre una pared de un blanco ahogado. Promesas que se alzan despuntando ilusiones grises, voces que menguan al traspiés de unos pasos dubitativos que intentan dejar huella en todas las orillas del mundo. Y ahora contemplo sentado desde la montaña más alta aquello que dejé atrás, comienzo a comprender las ojeras que dibujan mi rostro en aquél espejo posado sobre la tierra húmeda. La  pluma necesita mojar su gaznate, más tinta, más folios vacíos para escribir, más anotaciones que realizar en algunos que aún se hallan medio vestidos por la impronta de los sueños.   

Feliz año 2012.

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